…Es que no hay vientos favorables para quien no sabe a donde va
Jean Paul Sartre.
Un nuevo día es una nueva oportunidad de no cometer los mismos errores, de reorientar la ruta y hacer mejor ese quehacer cotidiano. Para esto es trascendente saber qué quiero, por qué estoy parado ahí, precisamente en ese lugar en el que elegí estar. Soy docente por accidente y, después de haber probado esta tarea de privilegio, lo soy por convicción. Soy egresado de la carrera de Psicología de la Universidad de Guadalajara (allá por los años 80’s) y alguna vez alguien me invitó a practicar la docencia a nivel bachillerato y me quedé; además ejerzo mi profesión en lo público y en lo privado.
De entrada quiero enaltecer la tarea de ser docente; considero un privilegio tener ese poder de convocatoria para llamar a una hora y en un lugar determinado a un grupo relevante de alumnos. Y qué decir de la libertad de cátedra… yo elijo la orientación fundamental de la clase considerando siempre las inquietudes y necesidades de los alumnos. Es muy motivante preparar el tema en turno sabiendo de antemano qué quiero y cómo voy a lograr un proceso que nos permita arribar a lo predeterminado. Qué alentador trabajar para lograr la atención de los muchachos y lograr, entre todos, que en cada clase “pase algo”… que lleven inquietudes, dudas y nuevos descubrimientos de sí mismos y de su entorno (sin perder de vista todo el contexto de la asignatura, por supuesto). Qué importante ese momento de búsqueda de información, herramientas y elección de la dinámica que pretendo con el grupo; un buen trabajo previo no garantiza pero si augura una buena clase (entiendo por “buena clase” aquella que se desarrolla en armonía, respeto –y de ser posible con buen sentido del humor- además de lograr productos muy claros).
Ser docente es un reto de todos los días. Tengo años trabajando la misma materia y entiendo perfectamente que la materia se llama igual pero no es la misma porque el momento histórico es otro… yo me he transformado, por supuesto (diría para bien y no tan bien) y mis alumnos no son los mismos de ayer; sus necesidades son otras, sus expectativas y potencialidades también. Debo trabajar mucho para entenderlos y entenderme a mi en torno de ellos… las crisis generacionales existen y mi vitalidad no es la misma.
Alguna vez le leí al maestro Pablo Latapí (recientemente fallecido, por cierto) un texto en donde dice que la educación es de claro-obscuros. Dice: La corrupción existe, la falta de infraestructura y la desviación de recursos también (yo agregaría: y la apatía e intransigencia de algunos alumnos y administradores educativos) pero no hay nada que se compare con ver la transformación de los alumnos, la cara de alegría cuando acceden al conocimiento. Estoy absolutamente de acuerdo con él, enfatizando que no lo veo sólo como ideas románticas o fuera de contexto histórico; digo con plena seguridad que quien no siente la educación no la piensa y, por ende, no puede ser un sujeto autocrítico y facilitador de los cambios en los alumnos.
Pretendo con lo antes dicho haber dejado claro (aunque sea en algo) mi percepción acerca de mi tarea docente.
Con el deseo de leer algún comentario, quedo de ustedes…
domingo, 9 de mayo de 2010
Mi aventura de ser docente
Mi confrontación con la docencia.
Responder al cuestionamiento de “explicar y argumentar la forma en que los contenidos de las lecturas (dos textos revisados) se concreta o no en nuestra práctica docente” no es del todo difícil, de acuerdo a como he entendido el planteamiento. Los texto revisados: “Competencias que expresan el perfil del docente de la educación media superior” y “Diez nuevas competencias para enseñar (Perrenoud, PH.), abordan, en general, una serie de competencias que los docentes debemos cultivar para lograr el desarrollo de competencias de carácter profesionales, disciplinares y genéricas en los egresados de nuestras escuelas. La respuesta es muy simple: aún no hay nada concreto. Mi experiencia es que la RIEMS está haciendo su aparición en la escuelas cada vez con más fuerza pero aún sin lograr un gran impacto. Considero que a partir del programa del PROFORDEMS, cada vez más docentes están “entrándole” a este asunto de la Reforma pero, también observo que hay docentes, cada vez menos, que no se han dado ni por enterados de la RIEMS.
Si hablamos de las competencias que el docente debe desarrollar para lograr en los alumnos los cuatro principios básicos de la educación (pilares de la educación), aprender a hacer, aprender a ser, aprender a aprender y aprender a convivir, pues noto que se llega al punto hasta de la idealización; de hecho, Perrenoud se pone un tanto utópico al decir que sus intenciones son “describir las competencias del futuro profesor ideal, las cuales deben ser los ejes básicos sobre los que se confeccionan los programas de formación” , destacando diez nuevas competencias para enseñar; a la vez se pone dialéctico y esperanzador al afirmar que “en la formación de los profesionales (de la educación, obviamente) las cosas se pueden hacer siempre mejor, siendo todo posible”.
Trato de concluir con mi experiencia, que creo que es lo deseado en esta tarea, afirmando que las competencias más deseadas de un docente eficiente y efectivo en su misión de lograr los alumnos que visualiza la REIMS, son las siguientes: En principio debe ser un profesor comprometido con lo que está haciendo (su trabajo docente). El compromiso va mucho más allá del involucramiento (involucrados todos estamos por nómina pero… ¿comprometidos cuantos?). Otra competencia es que seamos sensibles a nuestra tarea y al trato con los alumnos; un profesor sensible es reflexivo-autocrítico y va evolucionando su clase en función de aprender de sus experiencias. Con estas dos primerísimas competencias lo que sigue casi se da por añadidura, como es el respeto a la institución, a los compañeros y, sobretodo, a los alumnos, fomentando una apertura para la expresión de las ideas. Estar preparándose constantemente para el dominio de la técnica pedagógica y del conocimiento. Fomentar el trabajo en equipo para desarrollar aspectos de solidaridad y la competencia, no la competitividad. Facilitar la comunicación con las diferentes instancias de la escuela (orientación educativa, servicios escolares, etc.) y con los padres de familia, cerrando círculos que favorecerán el desarrollo de los educandos. Saber cómo “estamos parados frente a los alumnos” respondiendo preguntas existenciales como ¿qué estoy haciendo? ¿qué pretendo? ¿a dónde voy con estas acciones con mi grupo? ¿qué se esta produciendo? Saber hacer uso del humor como recurso de generación de armonía y que alimente la confianza en el grupo. Saber hacer uso de la anécdota, los pasajes literarios y las historias de vida como recursos para contactar significativamente con los alumnos. Evitar el uso de la improvisación o, en su caso, utilizarla en beneficio del proceso pretendido. Todo esto desarrolla, sobretodo, competencias genéricas y disciplinares, propias de la asignatura que trabajo (LEOyE).
Así pues, lo antes dicho es lo que mi práctica docente me permite plantear. Por supuesto que las coincidencias entre mi experiencia y las fuentes consultadas van cercando el quehacer docente con una visión de competencias. Termino con una idea que hace tiempo llevo con convicción: “quien siente la educación la piensa”… al pensarla cuántas cosas podemos hacer.
miércoles, 5 de mayo de 2010
Los saberes de mis estudiantes
De entrada quiero decir que la ruta que seguí para indagar “los saberes de mis estudiantes” (uso de la internet) fueron preguntas a modo de respuesta de ensayo. El Cuestionario lo apliqué a un grupo de 51 alumnos de segundo semestre de bachillerato tecnológico, habiendo logrado los siguientes resultados.
Descubrí que entre mis alumnos encuestados el 80% tienen acceso a internet en servicio domiciliario y acceden a él mediante un equipo de cómputo personal; el resto debe acudir a servicio público y/o servicio y equipo prestado.
Otro descubrimiento, que considero interesante y en función de lo preguntado en esta tarea, es que los alumnos saben más de lo que usan (de internet, obviamente) pero menos de los alcances de tal recurso. Hago las siguientes conclusiones, intentando responder en el orden de lo planteado como ejercicio de tarea.
Mis alumnos saben: acceder a Wikipedia (Google), juegos diversos, checar correo electrónico, “bajar” información noticiosa, “bajar” programas, “bajar” música, imágenes y videos, y uso de meroflog y Messenger. E todo lo anterior lo que usan, abrumadoramente más, es el Messenger, Google (Wikipedia) para resolución de tareas y acceder a música y videos, siguiéndole de cerca los juegos diversos ofrecidos por la internet.
Se comentó el mejor uso de la internet y se propuso su mejor aprovechamiento mediante la creación de una página web escolar y el contacto entre alumnos y profesores mediante correos electrónicos (tareas, calificaciones, comunicación formal, etc.) y la misma página web.. Se habló también de la apertura de una biblioteca activa e investigaciones realizadas subiéndolas por moodle. Alguien propuso la dotación de computadoras en aulas.
En cuanto a quién va a enseñar a quien y dónde se mencionó el que todos podemos aprender de todos, no sólo del profesor, y solicitar asesorías externas para todos, .incluyendo a profesores. Cualquier espacio es bueno para acceder a la Internet pero deberán existir laboratorios equipados “ex professo”.
Por último, los aspectos que mencionan los alumnos como desconocidos en la internet son facetbook, twiter, mercado libnre, pypal, h15, my space, g-mail, jakear y descargas de libros.